martes, 7 de octubre de 2014

Ciclo cuentos de la Abuela Enriqueta "LA CABRITITA ROSITA"



Una cabra llamada Blanca y su cabritita llamada Rosita, vivían en una casita en el bosque.
Una mañana, al salir Blanca a pacer, le dijo a su hijita:
“Quédate encerrada en casa y no abras la puerta a nadie hasta que yo no enseñe mi pata blanca por la cerradura”.
Rosita obedeció.
El lobo, que es un malvado, vió salir a la cabra y dijo:
-“Voy a matar a esa inocente cabrita”. Y se acercó con cuidado a la puerta de la casita y dió tres golpes en ella: ¡TAZ, TAZ, TAZ!
“¿Quién llama?” preguntó Rosita.
-“Soy mamá” dijo el lobo, suavizando la voz.
“Enséñame la patita blanca”.
Pero la pata era negra como el carbó y entonces le dijo Rosita:
“Tú no eres mamá, tu eres una malina fiera y yo no abriré”.
Entristecido el lobo, se marchó con el rabo entre las piernas. En el camino encontró una mujer que llevaba una cesta en el brazo y le dijo:
-“Buena mujer, ¿Qué llevas en esa cesta?”
“Harina blanca para hacer tortas” le dijo.
-“¿Quieres venderme un kilo?”
 Y ella se lo vendió.
El lobo extendió la harina en sus patas, que quedaron blancas como la nieve.
Mientras el lobo hacía este acto, mamá Blanca volvió a su casita; enseñó su pata blanca y Rosita abrió. Rosita le contó la visita del lobo. Y su mamá le dijo:
“Está bien hijita, el lobo es un malvado y pronto volverá, pero vamos a librarnos de él. Trae leña y haremos un gran fuego”.
Al poco rato volvieron a llamar a la puerta de la casita: ¡TAZ, TAZ, TAZ!
“¿Quién llama?”
-“Soy mamá con la pata Blanca” dijo el lobo.
A lo que Rosita contestó:
“Jugando perdí la llave, sube al tejado y baja por la chimenea”.
El lobo subió al tejado, se tiró por la chimenea y calló en medio del fuego… murió vivo, abrasado y con horribles dolores. ¡Le estuvo bien!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, quién no levante el culo… ¡se le queda pegado!

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