viernes, 25 de octubre de 2013

El gatito imprudente

Había una vez, un gatito que se creía muy valiente y era capaz de desafiar a cualquier carretera, jugaba a atravesarlas sin ser atropellado.
De valiente que era, era... ¡¡imprudente!!
Sus padres asustados le decían: “¡¡No cruces la carretera tan confiado, que un día te va a pillar un coche!! ¡¡Mira a los dos lados antes de cruzar y siempre por el paso de cebra!!”
-“No os preocupeis, soy tan valiente y listo que nunca me pasará nada” - decía el gatito.
Pero un día se pasó de valiente, y fue a cruzar, ni más ni menos, que la M30 de Madrid, una de las carreteras más grandes y con más carriles. Ese día, se le olvidó ir al paso de cebra y mirar hacia los lados antes de cruzar, y entonces le atropellaron.
Llegó a prestarle auxilio la ambulancia Ninonino.
“Ninonino, ninonino... ¡Ay, gatito!¿Pero qué es lo que ha pasado?” - la dijo la ambulancia.
“Cometí el error de creerme muy listo y no cruce bien la calle” - se quejaba el gato muy dolorido.
“Hoy has tenido suerte, te llevaré a médico y pronto te curarás, pero has de ser más prudente si papilla de gatito no quieres acabar” - le decía muy sería Ninonino.
Desde el accidente, no volvió a cruzar una carretera de forma imprudente.
En paso de peatones, arriba y abajo, a derecha e izquierda el gatito siempre cruzó de la mejor manera.

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